Polémico, pedir que el concepto del PIB debe entrar en desuso

El cisma que dejó la Gran Depresión en la economía mundial impulsó la necesidad de recopilar todo. Cuánto se generó, qué se perdió y cuánto quedó para producir una vez que la convulsión pasara. Gestó el producto interno bruto (PIB) como medición que, casi nueve décadas después, domina prácticamente como sinónimo de economía, sin que en la misma dimensión se reporten desarrollo y bienestar. Sin detallar dónde está la riqueza o en manos de quién, la representación del PIB se resume a un porcentaje: el crecimiento del valor de la producción que genera un país. Este año, en la medida en que la pandemia de Covid-19 inmovilizó economías, se redujeron las expectativas de crecimiento en todo el mundo, México incluido. El gran encierro no tiene punto de comparación en los últimos 90 años, advirtió el Fondo Monetario Internacional. Con la caída de la actividad económica, el riesgo está en la pérdida de empleos, los ingresos de familias y trabajadores y el incremento de la pobreza, explican analistas. Todos los organismos internacionales, bancos de inversión e incluso el gobierno federal dan por sentado que el PIB mexicano será negativo este año, pero el disenso se centra en qué tan bajo será el número. Por ejemplo, Credit Suisse estima un desplome de 9.6 por ciento y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público lo ubica en 3.9. En el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador, el crecimiento bruto de la economía fue relevante como oferta de campaña y durante el periodo de cambio de gobierno. Se crecerá en el sexenio 4 por ciento promedio anual, ofreció. Pero en la medida en que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó números negativos o planos en 2019, el ánimo por la medición pasó. Crecimiento, PIB. Esos términos ya deben entrar en desuso. Hay que buscar nuevos conceptos. En vez de crecimiento, hay que hablar de desarrollo; en vez de producto interno bruto, hablar de bienestar; en vez de lo material, pensar en lo espiritual. Hay que cambiar ya todo eso y no creer tanto en esas cosas, expresó el mandatario. De acuerdo con investigadores mexicanos, el PIB puede resultar simplista al no dar más información sobre el bienestar o la calidad de vida de las personas. Sin embargo, no pierde importancia para revelar cómo funciona una economía en el corto plazo y su capacidad para recibir fuerza de trabajo.

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