T-MEC: certeza económica en tiempos inciertos
El camino hacia la adopción del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en los tres países ha sido complicado, pero, con la aprobación del acuerdo en la Cámara de los Comunes, el Senado y la firma de la Gobernadora General de Canadá, culmina un largo proceso que será clave para el futuro de México y la región. El resultado de esta compleja negociación contribuye a disipar la incertidumbre que pesaba sobre los actores económicos en los tres países y brinda más herramientas para enfrentar el adverso panorama económico global actual. El éxito que representa la ratificación del acuerdo no ha sido explicado a cabalidad. El T-MEC representa una negociación particularmente sobresaliente porque ha puesto de acuerdo a partes opuestas: los distintos cuerpos sindicales y los líderes empresariales de tres importantes economías a nivel global han alcanzado puntos en común. Con el T-MEC firmado y ratificado en los tres países, podremos concentrar nuestros esfuerzos en atender otros temas prioritarios como atender la situación actual de volatilidad financiera global. La aprobación del T-MEC deja constancia de una conclusión que parecía estar en duda: Norteamérica, como región, avanza hacia un esquema de cooperación más estrecho. México, Estados Unidos y Canadá están unidos a través del comercio y la inversión. Basta con mirar los números: de cada cien pesos que México exporta, cuarenta provienen de cadenas de valor estadounidenses y veinticinco de Canadá. En realidad, las exportaciones mexicanas son inherentemente norteamericanas. Pero, más allá de la estabilidad económica que brinda el T-MEC, el nuevo acuerdo conlleva implicaciones sociales tanto en el ámbito laboral como ambiental. El tratado incluye regulaciones medioambientales pensadas de forma regional, además de una regulación laboral compartida y un nuevo instrumento de solución de controversias. Además, con el T-MEC se fortalece al Banco de Desarrollo de América del Norte, lo que implicará más fondos para invertir en la zona fronteriza entre México y Estados Unidos. El significado profundo del T-MEC va más allá de prescindir de tarifas arancelarias pues ha ampliado las áreas en las que, de manera coordinada, coexisten México, Estados Unidos y Canadá. Es el siguiente paso histórico para imponer en nuestra geografía compartida un esquema institucional común.